Hoy hablamos con… Sergio Fuster

Hoy hablamos con Sergio Fuster. Joven apasionado del mundo de la vitivinicultura, y que ha apostado por dedicarse a elaborar vinos de calidad en la Bodega Alcovi de Almedíjar, población del interior de Castellón que está ubicada en el corazón del Parque Natural de la Sierra de Espadán.

Sergio es uno de esos pocos jóvenes que apuestan por dedicarse al sector primario. Ha estudiado en la escuela de Enología y Viticultura de Requena; y el estar familiarizado con dicho sector y percibir la oportunidad de desarrollarse personal y laboralmente en algo que le gusta, han sido clave para decantarse por esta opción.

Actualmente es el enólogo de Bodega Alcovi, la cual está integrada por cinco socios que gestionan 8 hectáreas de viña y que tienen “la peculiaridad que están ubicadas en una zona en la que predomina la tierra de rodeno. Esta pizarra les da a los vinos una mayor mineralidad y acidez, así como un gran poder de envejecimiento en barrica y en botella

¿Cómo llegaste al mundo de la enología?

“Mis padres son socios de la bodega Alcovi. Ya desde pequeño, estaba involucrado en las tareas cotidianas de la bodega. Más tarde, viendo que la enología podía ser una profesión que se podía realizar en mi pueblo, y que, además, me permitía expresar en un producto como es el vino todo lo que yo siento por mi pueblo y lo que allí podemos encontrar, decidí que estudiar Enología y Viticultura era una opción que me ilusionaba.

También, por otra parte, estuve muy influenciado por Daniel Expósito. Enólogo reconocido que en aquel entonces estaba colaborando con nuestra bodega. Daniel me hizo ver que elaborar vinos de calidad y que expresaran la esencia de Almedíjar era posible.”

¿Cuántos años llevas en el mundo del vino?

“Trabajando como técnico en la bodega Alcovi llevo tres años, pero colaborando de alguna manera, podemos decir que prácticamente desde que se fundó la bodega …

Desde muy joven he estado ayudando en las tareas del campo. Ya sea podando, vendimiando o cualquiera de las tareas que un viticultor debe realizar, las cuales no son pocas si se quiere obtener un buen vino.”

¿Te dedicas 100% a la enología, o esto es un complemento de otros trabajos?

“En la bodega no sólo realizo el trabajo de enólogo, sino que, también otras tareas como bodeguero, técnico, analista, trabajos de poda, de riego cuando se necesita, recogida de la uva, ferias, eventos, etc. Como puedes ver hay tareas suficientes para hacer y dedicarse a tiempo completo a la bodega y sus vinos.

A parte, también llevo temas de enoturismo, catas y visitas a la bodega, así que tiempo… poco sobra.” Nos dice entre risas.

¿Cuál fue tu primer vino?

“Uno de mis primeros vinos fue un vino blanco: “Capricho”. Para su elaboración se utilizaron tres variedades de vino y el objetivo era probar si podíamos conseguir un vino blanco diferente a los clásicos estándares en cuanto a frescura y acidez. Se obtuvo un vino blanco muy goloso, muy amplio en boca y con mucha profundidad que permitía el maridaje con platos de carne perfectamente.”

¿Qué tipo de vinos te gustaría elaborar como enólogo?

“A mí me gustaría que nuestros vinos fuesen reconocidos como vinos de Almedíjar, un vino que represente lo que somos, quienes somos. Lo que se pretende es hacer los vinos siempre de la misma forma para que estos sean reconocidos a través del tiempo. Que se reconozca que son vinos de Almedíjar.

En nuestra bodega, no hacemos grandes producciones. Nuestra filosofía de trabajo es elaborar un vino que siempre represente la zona en la que estamos. Que cuando te bebas ese vino hoy, te recuerde a ese vino que te tomaste hace cinco años y puedas decir que es vino de Almedíjar.”

Entonces, para poder reconocer vuestros vinos como vinos de Almedíjar, ¿utilizas variedades autóctonas?

“En un principio teníamos sólo garnacha, pero no se adaptaba bien al tipo de vino que buscábamos. Para poder decidir qué variedad poner en su lugar, en una parcela plantamos más de 50 variedades y esperamos a ver el resultado final de cada una de ellas.

Después de ver los resultados, las variedades tintas que mejor se adaptaron fueron la Monastrell, una variedad originaria de Sagunto; el Cabernet Sauvignon y el Syrah.

Por otra parte, la Cariñena también funcionó muy bien. Sin embargo, la Tempranillo y la Bobal no lo hicieron bien.

A cada tierra, zona geográfica, le va bien una variedad …

En cuanto a variedades blancas utilizamos la Plantafina y la Castellana. Esta última ya la utilizaban nuestros abuelos para producir uva de mesa, no se vinificaba con ella.

Al final, todo se resume a plantar aquellas variedades que le van bien a la zona, a su climatología, y con las cuales se puede elaborar un vino de calidad.”

El clima es muy importante en la elaboración de los vinos, ¿crees que con el cambio climático habrá que hacer también cambios en la vitivinicultura?

“Con el cambio climático no es que se van a tener que hacer cambios, es que ya hay que hacerlos.

Por ejemplo, el año pasado llovió mucho en los primeros meses del año y las plantas tenían mucha agua. Luego, lo contrario, no llovió nada en lo que quedaba de año.

Este año, no está lloviendo nada, y ya estamos viendo el gran peligro que esto conlleva en la viticultura, en particular, y en la agricultura en general.

Como siga así, las plantas van a modificar su ciclo y tendremos que recoger la uva antes, con las consecuencias que ello comporta para los vinos. Por otra parte, tendremos que buscar zonas de ombría, o parcelas más altas, en las que hay menos sol directo para poder mantener más agua en el suelo.

Con todo esto hay que empezar a pensar en cómo tendremos que trabajar dentro de 15 años, y anticiparnos a lo que el clima pueda depararnos si la tendencia sigue como hasta ahora …”

Y respecto al consumo de vino por parte de los jóvenes, ¿cómo ves el futuro del vino?

“En nuestro país tenemos mucha costa, y en las zonas de playa vas a ver más cerveza fría que copa de vino blanco. Las dos opciones están muy bien, pero por desgracia para nosotros, a la gente le gusta mucho la cerveza en nuestra región.

En otras zonas como Burgos, León o Valladolid, por poner algunos ejemplos, no se bebe tanta cerveza como aquí, en Castellón. Pero la cultura del vino se va creando poco a poco …

Hay zonas como en Rioja, en las que está más introducido. Se puede salir de tapas y tomarte un vino tan fácilmente como una cerveza acompañando tu tapa.

Tenemos que empezar a defender el vino en España en general, y el vino de cada zona o región, en particular. Aquí, lo normal sería que, al ir a los locales de restauración, tuviesen vinos de Castellón, de Alcovi o de cualquier otra bodega de la zona.

En Castellón tenemos unos vinos de una gran calidad.”

Siguiendo con el tema de la juventud, por lo que tú ves en la zona, ¿los jóvenes mantienen las profesiones tradicionales, se produce un relevo generacional?

“La mayoría prefiere realizar unos estudios, prepararse unas oposiciones y trabajar en ello. El resto, un 20% aproximadamente, queremos trabajar y expresar nuestras habilidades de otra manera, en algo que produzca bienes de consumo.

No hay que olvidar que la producción de bienes es la base de todo, no podemos pasar sin comer, ¡y alguien tiene que producir esa comida!

Creo que en la sociedad tiene que haber de todo. A mí, particularmente el trabajo que estoy realizando me gusta y creo que cada uno debe trabajar y esforzarse en lo que le guste, le motive y le llene.”

¿Qué opinas de esta nueva moda de los vinos con baja graduación o vinos “sin alcohol”?

“Mi opinión es que, en estos momentos un vino sin alcohol no está equilibrado. Tiene mucha acidez y no tiene grado alcohólico, con lo que la balanza se decanta demasiado hacia un lado. En un futuro, si se consigue suplir el grado alcohólico de alguna manera, y pueda equilibrarse con la acidez, entonces, puede que tengamos un producto de calidad.

Con respecto a los vinos de baja graduación, es cuestión de gustos… A mí, personalmente, no me gustan. Además en la zona mediterránea tenemos mucho sol, y esto es lo que conforma nuestros vinos. Si, además, se le une la escasez de agua, no se puede producir un vino con poca graduación. No es viable.”

¿Quieres añadir algo más, Sergio?

“Básicamente hemos hablado de todo un poco, simplemente comentar que en nuestros viñedos producimos por hectárea aproximadamente 1200 kg, y de la variedad Syrah sobre 600 kg. Con esto quiero decir que no producimos grandes cantidades y esto, en la calidad del vino, se nota.

Nosotros apostamos por la calidad y no por la cantidad de botellas.