La Cooperativa de Viver se fundó en 1990 para dar respuesta a la necesidad de los agricultores de transformar las aceitunas de sus olivos en un aceite de calidad. Después siguió creciendo con la almendra, las nueces, frutas y hortalizas y, recientemente, le ha dado forma a su último gran proyecto: el vino.
Este proyecto vitivinícola, según nos comentan: “ no es la búsqueda de un nuevo cultivo, sino ir al encuentro de nuestras raíces, escarbar en la tierra para traer al presente los sueños de nuestros antepasados”… “que nuestros jóvenes puedan desarrollar sus aspiraciones y que nuestra gente pueda vivir cada día mejor”.
Así, tras un laborioso trabajo, nos presentan su amplia gama de vinos algunos ya consolidados en el sector:
Odisea y La Perdición son, desde hace años, referencias nítidas de los nuevos vinos de Castellón. Este proyecto personal, iniciado en 2009, se integró en 2017 en el camino del mundo del vino para la Cooperativa.
Por otra parte, La Piel de la Vid, representa la nueva marca de vinos varietales que, la Cooperativa de Viver, ha sacado al mercado dando un salto más allá, apostando por la diversificación y como un proyecto de futuro que cierra el ciclo de la agricultura mediterránea 360º y recupera del pasado uno de los cultivos más ancestrales de Viver y del Pala: la vid.
“Nube”, “Monastrell Rosé”, “Brisa”, “Niebla” y “Viento Roble” son los nuevos vinos que conforman el proyecto “La Piel de la Vid”. Todos ellos se elaboran a partir de viñedos que van desde los 450 a los 700 metros de altitud, lo cual los modela y modula, otorgándoles su asombrosa personalidad.
Te invitamos a que los pruebes.