En estos momentos, en la Bodega Flors, ubicada en la Partida Pou d´En Calvo, de Les Useres, ya han puesto el vino en las barricas de roble y se disponen a embotellar el Clotàs y el Monastrell.
Los vinos que se han puesto en las barricas, para que tengan un buen proceso de envejecimiento, son de una mayor complejidad y estructura, con mucho cuerpo y aromas… con mucha personalidad.
El proceso de crianza en barrica el vino mejora y siempre debe tenerse en cuenta que la barrica debe respetar al vino, nunca superando la madera al vino.
¿Que ocurre en la barrica?
- En primer lugar, en la barrica se va a producir un intercambio entre la madera y el vino debido a la penetración del vino por los porros de la madera, lo cual comportará que se produzcan cambios en color, sabor y aroma. Hay que tener en consideración que este proceso se produce en mayor medida en las barricas de madera nueva. A medida que pasan los años, los poros se van cerrando, con lo que se produce menor penetración. Es por ello que una barrica debe cambiarse cada pocos años, según el criterio del bodeguero.
- La madera aportará determinadas características al vino, por efecto de la disolución de los compuestos de la madera favorecidos por el alcohol del vino.
- El vino se va clarificando poco a poco, debido a la precipitación de algunas partículas que puedan estar en suspensión hacia el fondo de la barrica
El vino se va clarificando poco a poco, debido a la precipitación de algunas partículas que puedan estar en suspensión hacia el fondo de la barrica
¿Y después de la barrica?
Una vez el vino ha pasado un tiempo en la barrica, deberá reposar un determinado tiempo en botella sin contacto con el oxigeno, para que alcance su mayor complejidad, integrándose los aromas y sabores, consiguiendo así un equilibrio mejor entre los compuestos aportados por el vino y la madera.
Es aquí donde los taninos de la piel de la uva y la madera se redondean, de tal forma que los aromas primarios disminuyen, dando paso a nuevos aromas (especias, vainillas, frutos secos…).